El Mont-Saint-Michel, conocido por su
abadía medieval y su bahía normanda, está a pocas horas de París.
Según cuenta la leyenda, la historia
de la abadía del Monte Saint-Michel comienza en los sueños de San Auberto,
obispo de Avranches, en los que se le apareció el arcángel San Miguel. Tras la
tercera aparición del arcángel, decidió construir un lugar en su honor. Después
de encontrar un toro amarrado al Monte Tumba, eligió este peñasco apartado en
medio de la bahía para erigir un oratorio sobre el islote de 78 metros de
altura.
Con el paso de los siglos, la isla del
Monte Tumba pasó a llamarse el Monte Saint-Michel y se convirtió en un lugar de
oración, de estudio y de peregrinación. En el año 966, se establecieron allí
los benedictinos,
La Maravilla, situada en la cara norte
del Monte Saint-Michel, designa el lugar donde viven los monjes. Esta construcción de arquitectura gótica se
divide en tres plantas y alberga la capellanía, la Sala de los Huéspedes, el
refectorio, la bodega, la Sala de los Caballeros y el claustro, dedicado a la
meditación. Este último es famoso por su
jardín medieval, donde podemos encontrar rosas de Damasco, una variedad
antigua.
El Mont-Saint-Michel, es el segundo
punto turístico más popular de Francia.
Besotes y hasta la semana que viene!